Es una realidad que el mundo tecnológico está liderado por el mundo de habla inglesa, y sobre todo por Estados Unidos. Esto es obvio. En sus universidades y centros de investigación se desarrolla lo más avanzado e innovador de la tecnología actual. Muchos de sus centros de posgrado son. sencillamente, de quitarse el sombrero. Y. en gran medida, lo son porque en ellos desarrollan su actividad muchos de los mejores profesionales del mundo en su campo.El acceso a todos los textos y documentación que producen estos autores y estos centros de excelencia supone, no hace falta decirlo, una ventaja competitiva para todo el mundo que comparte esa misma lengua, el inglés. Y, por la misma razón, una desventaja para el resto de los idiomas.Recientemente escuchaba en un vídeo a David Cuartielles, ingeniero español y uno de los fundadores del equipo Arduino. decir que, en su opinión, en temas de tecnología, España y Latinoamérica llevan un retraso de 5 años sobre el mundo anglosajón, por la falta de libros traducidos al español. Obviamente, es difícil cuan- tificar el “daño”, pero éste, sin duda, existe.Desafortunadamente, eso hace que nos estemos perdiendo cosas importantes.Por poner un ejemplo sencillo, pensemos en el mundo de la literatura. Imaginemos que no se hubiera traducido a Balzac. a Stendhal, a Goethe, Dostoievski. Faulkner, Canetti..., a Roth o a Coetzee. ¡A Shakespeare! o a tantos y tantos otros clásicos de la literatura. ¡Cuánto más pobres seríamos!Pues eso, desgraciadamente, es lo que ocurre, entre otros, en el sector de la tecnología. ¡Cuántas obras importantes nos estamos perdiendo! Aunque no sean clásicos de la literatura, muchas de estas obras, cada una en su campo, también son “clásicos” u obras de referencia en su sector: en informática, en robótica, en electrónica. Obras que en muchas ocasiones van por la 8a o la 10a edición, y que aquí seguimos sin poder disfrutar y aprender de ellas porque, simplemente, no están traducidas a nuestro idioma.Ser conscientes de esa carencia ha sido, sin duda, una de nuestras principales motivaciones al iniciar este apasionante viaje que supone poner en marcha un proyecto editorial. Y. para nosotros es apasionante por muchas razones: porque se trata de libros (da igual el formato, papel o digital), de información, de cultura, de diálogo entre autores y lectores e, incluso, a veces, de ayudar a despertar una inspiración o un interés en los más jóvenes.Aunque nuestra posible aportación sólo pueda suponer apenas nada ante la magnitud de la tarea, el reto creemos que merece la pena: intentar ayudar a hacer que ese hueco entre lo que se publica cada año en inglés y lo que llega en español a nuestros alumnos, profesores, profesionales o aficionados sea un poco más pequeño. Ese es nuestro Reto y nuestro Compromiso.